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Tuesday, August 29, 2006
Otra vez Argentina...
Con sorpresa, decepción con el gobierno chileno e indignación con el argentino leí hoy la noticia de que nuestros “hermanos” han decidido publicar en sus mapas oficiales la pertenencia de los Campos de Hielo, o como les llaman ellos, los “Hielos Continentales”, poniéndose sobre el tapete el acuerdo pactado y firmado entre los entonces mandatarios Frei y Menem en 1998.

Hasta cuándo, digo yo, vamos a ser el alumno abusado del curso. Hasta cuándo vamos a aguantar que nos estén molestando en forma constante con lo que legítimamente nos pertenece y ha sido ratificado a través de los años por distintos acuerdos que a ratos nadie salvo nosotros parecieran respetar. Quizás sea cierto que es "un detalle", y que basta con hacer una notificación oficial a la cancillería trasandina, pero hace rato que nos enteramos a través de los medios sobre la "soltura argentina" en diversos ámbitos. ¿Es sólo una impresión particular o "la mano está muy blanda" en el largo y angosto territorio?

Ahora sólo queda observar si las "observaciones por los canales adecuados" que se han realizado a través de la cancillería, funcionarán. ¿Qué opina usted, estimado lector?


Otras referencias sobre el tema: - Diario El Mercurio

- Diario La Tercera

- Diario La Nación

- Yahoo! Argentina



(*)Imagen extraída desde El Mercurio on-line

 
posted by C. at 8:59 PM | Permalink | 45 comments | |
Monday, August 28, 2006
Bajo Confesión: la copia de Post Secret
Haciendo muchos clicks llegué a Bajo Confesión, una bitácora donde se pueden enviar postales o collages con una frase que revele alguno de tus secretos. Me llamó la atención la cantidad de mujeres –que parecen bastante jóvenes a juzgar por las imágenes de animé o similares utilizadas- que confiesan deseos sexuales por amigas, realizados o no. Además de la cantidad de gente que mataría a otra persona “si se pudiera”.

Cuentan con dos sistemas de envío de las postales, ambas on-line: por mail o mediante MailBigFile, comprometiéndose la administración a resguardar la privacidad de quienes enviaran los archivos.

Claro que tiene sus condiciones. El sitio se reserva el derecho a publicar, editar o arreglar los “fotomontajes”, y quien enviara una imagen para postear, “garantiza una licencia perpetua y libre de cargos” para uso y distribución del material a discreción de quienes lo administran, preparando claramente el terreno para futuras publicaciones tal como hiciera una bitácora similar en su tiempo.

Es imposible no comparar con Post Secret, un sitio en inglés que también recibe imágenes con confesiones anónimas, pero exclusivamente mediante envío postal –léase “por correo tradicional”-, y a Bajo Confesión le falta. Por ejemplo, el sitio original luego de publicar las postales recibidas, añadía información generalmente gratuita sobre centros de rehabilitación y ayuda para gente con trastornos de personalidad, o distintas adicciones, con direcciones y/o números de teléfono que aseguraban la confidencialidad de quienes solicitaran consejo. Incluso parte de las ganancias obtenidas con el libro que recopila las imágenes enviadas fueron a dichos centros. En cambio en BC sólo pareciera que el ansia de una futura recopilación fuera con fines de lucro, lo cual me pareció… fome.

Ojalá que Bajo Confesión se esforzara además en el tema de la difusión, porque cierto es que tiene un buen gancho debido al grado de sinceridad y de intimidad que pudiera generarse dado el carácter privado de lo revelado en las postales.

Entretenido para bloguear un rato.


(*)Imagen: portada de Bajo Confesión

 
posted by C. at 3:26 AM | Permalink | 22 comments | |
Thursday, August 24, 2006
¡Hasta pronto...!
Después de una larga y agitada semana, llena de trámites urgentes, coordinando con otros viajeros, y despidiéndose de la familia y los amigos, partió mi hormigo amado anoche a Estados Unidos (a.k.a.(*) “gringolandia”, "tío Sam", “malditos imperialistas”, etc.) .

Me cargó que ayer hiciera una salida sorpresiva, despidiéndose de los pocos que fuimos a dejarlo rápidamente y entrara a policía internacional sin dar tiempo a emotividades. Por lo menos estuve a la altura y lloré como adulto: puros mocos.

Mi tía insistía en quedarnos “otro ratito” -2 horas (…)- para “ver el avión despegar”, pero el único lugar que hay está afuera, hacía frío, corría viento, había neblina espesa y una guardia gruñona nos asustó diciendo que el estacionamiento seguramente nos saldría “unas cinco luquitas” por auto así que partimos -dicho sea de paso, las dos horas y media me salieron poco más de mil pesos (…)-. Me desvié para dejar en la casa al amable Juan Carlos que accedió a acompañarnos, y tuve el placer de conocer a su cariñosa familia. Agradezco enormemente el reconfortante tecito y que me hayan regaloneado tanto.

Tiré a mi hermano a su casa y cuando llegué tipo 23:00, mi vieja estaba en pijama, ojerosa – ¡se acuestan con las gallinas!- porque la mamá del hormigo llamaba cada vez más seguido exigiendo hablar conmigo para “saber los detalles”. Cuando me comuniqué de vuelta, sólo atinó a preguntar si yo tenía pena o si el hormigo se había ido con pena. Que ella había estado a punto de ir al aeropuerto pero después se había arrepentido. Que le diera mi teléfono –“Sí, claro, anote. 09-hormiga”- para que nos contactáramos e hiciéramos cosas juntas (…). Dos minutos EXACTOS y logré safarme. Juro que mejoraré mi record.

Me puse el pijama, traté de acostar a las caninas –… son mis guaguas-, pero terminé poniendo una sábana vieja sobre el plumón y las subí a la cama. Prendí el tele, apagué la luz, me tapé y me vino el cansancio de golpe. Lagrimeé un poco y traté de dormir, pero me di puras vueltas en la cama y a las 7 me levanté de aburrida. Recién ahora que el hormigo me llamó de una carrera y supe que estaba muy instalado almorzando con uno de sus futuros compañeros de trabajo, me tranquilicé.

Estoy muy contenta de que haya resultado este –a ratos accidentado- proyecto. Sé que el hormigo es más que capaz de adaptarse y que se desempeñará impecablemente, pero no termino de tragarme ese cototo antipático de la garganta. Nada que decir, soy hormigo-dependiente y me costará un par de días acostumbrarme.

Ahora seré esclava del Skype y de cuanta cosa haya para llamar al país de las ¿51? estrellitas lo más barato posible, jeje. Total, estos últimos meses del año pasan volando y seré yo quién esté empacando perras, ropa y cosas varias con rumbo a la nueva casa. “To the new home”, dicen.


(*)a.k.a. [also known as]: también conocido/a como


.- Imagen tomada desde Concesiones Chile.

 
posted by C. at 3:09 PM | Permalink | 37 comments | |
Monday, August 14, 2006
Orden y paaatria... !
Todos los días queda la grandísima escoba en mi calle. Básicamente tiene “pista y media”, y una de ellas se llena de autos a la hora de once, buscando “las marraquetitas calientes” y otras menudencias. Es un problema para los que residimos en ella, porque sin exagerar, una puede demorarse media hora en sólo llegar a las propias casas, y si se tiene suerte, ya que la gente, desesperada por hacer caber sus vehículos, los estacionan frente a los portones.

Hoy día no fue la excepción. Venía del supermercado, traté de virar, pero en la media pista que queda libre estaba el camión recolector de basura vaciando los tarros mientras el dueño de una Legacy peleaba con el conductor para que retrocediera y lo dejara estacionar a pesar de no corresponderle la pasada.

Esperando en la calle principal, yo estaba haciendo tanto taco que en un “acto desesperado” subí el auto en ¡toda la esquina! esperando que pasara el caos. Pasaba el rato y nada. Incluso encendí la radio para “pasar el rato” (…!!!)

En eso, veo el retrovisor y venía un ENORME carabinero furioso con la libretita temida y lápiz en la mano. ¡¿me iban a pasar un parte?!

Hormiga: ¡¡NI SE LE OCURRA!! Llevo diez minutos esperando que esta puta esquina se desocupe porque no puedo llegar a mi casa, ¡y ni siquiera tengo un lugar decente para pararme!
Carabinero: (con cara de desconfianza) Hmm… ¿¿ah, sí?? ¿Dónde se supone que vive Ud.?
Hormiga: (apuntando) ¡¡Aquí mismo!! ¡Calle Hormiguero 176!
Carabinero: (levantando la voz) ¡Es que usted no puede estar aquí!- Mira su libreta.
Hormiga: (colorada) ¡¿Y qué cresta quiere que haga por mientras señor, ah?!- crezco 10 cms.
Carabinero: (con ojos desorbitados y achicándose 10 cm) Este… eh… espere… - Ipso flato, parte a corretear a los conductores.

Mientras el gigante de verde uniforme corría a los conductores, el “cuidador”, ebrio y colorado como de costumbre, empieza a estacionar más autos. Garabatos e improperios cruzados. El carabinero se pica y le bota la cerveza. El curadito le desea de vuelta que le salga su hijo alcohólico. Más garabatos. El carabinero usa su gigante humanidad para intimidar. El curadito se va, pero deja todas sus cosas ahí tiradas, listo para regresar. Gente se junta en las esquinas y se escuchan risas.

Se desocupa la entrada. Me subo al auto. Pego un portazo y me dirijo a la casa sin cinturón. El gigante me observa. Lo miro con furia femenina. Sólo atina a rascarse el quepis. Continúo.

El hormigo amablemente decide preparar la cena. Me vengo a responder algunos correos. Suena el timbre. Mis perros ladran furiosos. Asomo la cabeza y veo el quepis y la cabeza del gigante por sobre la puerta. Me urjo. El hormigo sale con el cuchillo cocinero y un pedazo de la carne en la mano (…!!!)

Gigante: Buenas tardes señor. Veníamos a ver si se estaba incendiando su casa. ¡MIRE como tiene la calle!

Miro para afuera. Primero que nada, veo a toda la santa cuadra observándonos. Luego veo la calle. ¡Parecía la mismísima Inglaterra con todo el humo! Inmediatamente miro hacia la casa y comprobé que la teoría de la casa quemándose no era para nada descabellada.

Acto seguido, miro al compañero del gigante que anotaba algo en su libreta. Esperé un inminente parte, y debido a mis exabruptos anteriores, no esperaba una cifra amigable.

Compañero-de-gigante: Bueno, básicamente veníamos a ver que no estuvieran incendiándose y a PEDIRLES que revisaran para que la chimenea no eche TANTO HUMO. Nos vamos. Buenas noches, señor – se despide, dirigiéndose al hormigo. El gigante rezonga algo también y parten hacia el horizonte, o en su defecto, hacia la tenencia móvil.

¿Conclusión? Un carabinero es como yogurt americano. No agradan tanto al principio, pero son –algo más- dulces al final… ¡Glup! o_O


(*) Imagen modificada desde Joe's kitchen

 
posted by C. at 11:06 PM | Permalink | 47 comments | |
Wednesday, August 09, 2006
Oda a la (conchesssu...) madre
NOTA: amable lectora, si se sabe buena madre, también sabe que esta oda no es para usted...

¿Estará mal odiar a tu madre si quiso abortarte pero igual te tuvo de malas ganas y te lo dijo?
¿Estará mal odiar a tu madre si, siendo tú un niño pequeño, se casó de nuevo y te dejó a cargo de familiares sin volver a preocuparse?
¿Estará mal odiar a tu madre porque nunca estuvo ahí cuando más la necesitaste?
¿Estará mal odiarla si sólo aparece para criticar tus logros y tener qué contarle a las amigas?
¿Estará mal odiarla si te pide tremendos favores aprovechándose de tu angustia de hijo lejano?
¿Estará mal, si vive ingeniándoselas para fregarte y ¡r o b a r t e! una vez más?
¿Estará mal que detestes el solo escuchar su risa fingida?
¿Estará realmente tan mal…?
¡Muy tarde…! Ya a nadie le importa. A mí, menos.




(*)Imagen desde blognormal


 
posted by C. at 9:22 PM | Permalink | 26 comments | |
Saturday, August 05, 2006
Six feet under... the laughing
(O "Seis pies abajo... de las risas")¹

¿Se acuerdan, mis amables lectores, de una señora muy enferma
que visité hace un tiempo en el hospital? Antes de ayer finalmente falleció durante el transcurso de la mañana encontrando descanso por fin.

Con su hija fuimos compañeras durante los 12 años, en un colegio pequeño y familiar, con profesores muy cercanos y católicos, etc., por lo que tuve la ocurrencia de avisar para que asistieran a la ceremonia. Me llevé la primera sorpresa ante la tibia recepción de la noticia. Sólo al final en el cementerio aparecerían dos de ellos, cinco minutos. Hasta ahí llegó la “acogida al prójimo”.

Al día siguiente me dirigí al parque. Era hermoso, entre cerros y árboles, con aire puro y aroma a flores frescas en el aire. “Muy bien escogido para ella”, pensé, recordando la vida de la señora en su casita del cerro en El Arrayán. Llegué 45 minutos antes, sin saber que habían retrasado el traslado del féretro, y en la espera me tocó ver la llegada de 6 cortejos más.

Me llamó la atención que en todos los grupos, nadie llorara o mostrara pesar. Incluso frecuentes risotadas rompían el silencio de esos parajes desde los distintos grupos que enterraban a sus seres ¿queridos…?. Una vez que terminaban los cortos homenajes –nunca había visto homenajes de menos de una hora en funerales anteriores-, una turba de taxistas, choferes de vans y vendedores de sepulturas, entre otros, se abalanzaban sobre los deudos y acompañantes, atiborrándolos voz en cuello con sus “ofertas especiales”. Incluso tenían ánimo para garabatear a la poca gente que, indignada, pedía respeto. De fondo podía verse a un hombre de chaqueta blanca “regando” un arbolito al lado de una tumba, mientras un perrito con su chaleco pituco correteaba y hacía sus necesidades “en el pastito”.

Finalmente llegó la carroza que esperaba, y me uní al grupo. De mis ex compañeras de curso, a las que había ayudado a avisar, llegaron sólo cuatro, siendo una de ellas sobrina de la difunta. –“Si no hay cerveza…”- Durante la caminata desde la entrada hasta la tumba se dedicaron a organizar una “reunión de amigos”. Risotadas de compañeras de universidad de la hija de la difunta. Actualización a toda boca de las últimas copuchas de “la facultad”.

Una vez instalado adecuadamente sobre los soportes el ataúd, se hizo el silencio. Una amiga buena onda improvisó algunas frases y un par de oraciones mientras luchaba con el chicle que mascaba, a la vez que mis ex compañeras recordaban entre los asistentes conocidos la fecha del “carrete” y partían. El resto nos quedamos cinco minutos más en silencio sin saber qué hacer, esperando “algo más” y finalmente partimos también. Camino al estacionamiento, no pude dejar de preguntarme: “¿Estamos tan faranduleros y livianos de cabeza que hasta nuestros últimos ritos se han chabacanizado? ¿O en nuestra eterna “falta de tiempo” ahora todo es express... ?”



¹ Título parodiado a partir de la serie de HBO, "Six Feet Under"

(*) Imagen desde epica-awards

 
posted by C. at 11:53 AM | Permalink | 44 comments | |