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Thursday, October 06, 2005
Un nudito en la garganta
Tengo un nudito en la garganta y el estómago apretado. Estoy nerviosa. El motivo puede sonar súper trivial y estúpido para quién no me conozca, ni conozca mis circunstancias. Estoy contándole a un amigo que mañana voy a matricularme a Veterinaria en la Chile.

Todo partió cuando mi polologro –ha subido algunos puntos en el ranking como pueden ver, je- me preguntó qué pasaba conmigo, por qué no saltaba de alegría si me había cambiado a la carrera que quería en la universidad que quería. Le conté la verdad –a estas alturas no le maquillo nada, y nos ha funcionado bastante bien-, que estaba aún sorprendida por lo rápido que sucedió todo, y que me funaba un poco el tener que enfrentar a tanta gente sobre mi cambio de carrera. Las caras, los comentarios, las preguntas, los juicios. Sobre todo porque de esta manera mi familia terminará enterándose de todos modos si no les cuento yo misma. Básicamente los fantasmas de siempre.

Polologro me miró y se rió. “¡Tan fuerte de carácter para tantas cosas, pero para enfrentar a gente que poco vez, casi te mueres de vergüenza! Ese es tu problema: te lo tragas todo, callas y vas guardando cosas. Eso no es sano. Anda y cuéntale a tu amigo. Si realmente lo es, se va a alegrar.” Me hizo incorporarme del sillón y me sentó en el computador. “¡Que te llame a la casa para que lo conversen mejor!”, dijo al salir de la oficina.

Me hice un lío para contactarme con el amigo –desde ahora conocido como Ternero-, hasta que le pregunté si tenía que ir a la escuela estos días. Luego le pedí que me consultara sobre el mechoneo. Luego le mandé una imagen donde salía mi puntaje con mi nombre, para que el resto fuera obvio. Mientras se la enviaba, me preguntó si alguien conocido entraba a la escuela. Dejé que solo advirtiera de qué se trataba todo.

Al principio y como era de esperarse, se sorprendió mucho. ¿Qué había pasado con Derecho, si yo había dicho que todo iba bien? Le señalé que no quería darle explicaciones a nadie, que incluso muy poca gente lo sabe. “Pero un resumen”, pidió. Ahí me lancé con mi historia a grandes rasgos. “¿Pero estás segura de que esta es tu carrera?”, inquirió finalmente el autoordeñable Ternero.

Me dio un leve escalofrío por la espalda. A estas alturas es un chiste que se alguien me pida certeza. En cada uno de los pasos que he dado, creí tenerla, pero en cosas importantes me equivoqué desastrosamente. Ahora voy hacia adelante con calma en el corazón, los ojos bien abiertos, y con fe. No me atrevo a apostar ni por lo obvio.

Me decidí por una respuesta estándar para salir del paso, mientras se aflojaba el nudo en mi garganta y el estómago se relajaba. Ternero se despedía felicitándome, y esperando verme mañana en la escuela para darme un tour. Un primer pequeño obstáculo superado con éxito.

…No sé qué pase mañana ni más adelante, pero por lo menos he comenzado a dar los primeros pasos. En el camino he ido ganando en dignidad ante mí misma, y en tranquilidad. Finalmente eso es lo que cuenta.

 
posted by C. at 5:40 PM | Permalink | |


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