RATONEANDO - Main Blog
Thursday, October 06, 2005
Marzo, marzo. marzo...
Hace demasiado tiempo que no escribo en el blog. Había partido piola, pero después casi se transformó en pañuelo de lágrimas y me anduve aburriendo un poco. Además, es como un espejo y me daba algo de vergüenza leer mis berrinches. Sobre todo, que fueran leídos por “el resto”. (¡sorpresa! Hay gente que ha enviado mensajitos por MSN, correos o se han comunicado de alguna manera, dando sus opiniones sobre este humilde cuchitril virtual, y han sido bastante halagadoras cof cof cof…)

Me fui gran parte del verano a la playa con mis tres mascotas (las dos caninas y el monstruo… muahaha), aprovechando que en casa de papitos no se paga arriendo, decidida a desconectarme 100% de Santiago. Dormí hasta que se me hincharon los ojos, no tenía que preocuparme tanto de las orejudas porque había un patio amplio bien cerrado además de mucha arena y mar, y el ogro poco a poco se relajó. Justo lo que necesitaba.

Eso sí, regresamos un poco antes porque mi vieja, mi tía y mis primas andaban “con la huevá”. Mi tía se separó, quedó sin pega, y se le ocurrió inventarse un puesto de feria artesanal playera jurando que era grito y plata. Torturó a las pobres pendex y a mi vieja, y entre las cuatro se turnaban –y aburrían como ostras- para cubrir las dieciocho horas diarias, donde en ocaciones podían vender, entre todas, cuatro ratonas lucas por jornada…

Así regresamos a nuestra cochina y querida ciudad, taaan contaminada, pero con las pilas más cargadas. De a poco fueron apareciendo los dueños de perros que pasean habitualmente en el parque. Una niña que se nos une a menudo nos contaba que el tipo de la bóxer matona se iba quedando progresivamente solo, porque su perra había seguido atacando otras mascotas y personas. Por otro lado volvía una amiga del extranjero, cuyo perrito es muy amigo de las mías. Lentamente, el sector volvía a la normalidad.

Pocos días después, Ternero me confirmaba la fecha del “mechoneo” en la universidad, para no asistir. Al día siguiente, hice mi debut en la escuela veterinaria. El ogro, más emocionado que yo al parecer, tuvo la amabilidad de ir a dejarme hasta la puerta para enseñarme el camino que debo recorrer de ahora en adelante. Lo despedí en la puerta, y me encaminé con algo de ansiedad hacia la sala de clases. Llegar era fácil, sólo cosa de seguir la masa de gente con pelo desteñido y algunas que otra mancha delatora.

Miré a la masa de futuros compañeros, y nadie me prestó atención. Ingresé a la sala, titubeante, dejé mi bolso y salí con cara de podérmelas con lo que fuera, más que nada para superar la vergüenza de enfrentar tanta gente nueva. Cuento corto, ya había “grupitos” hechos, y terminé acercándome a una niña de Iquique, que en su nerviosismo me contó su vida completa la primera tarde.

Pasó ese día, y el siguiente sin gran novedad. Me había encontrado con el profe que atiende a mis caninas un par de veces, pero aún no veía a Ternero, ni a la que había sido mi compañera en el colegio (y a la que no tenía muchas ganas de ver, porque obviamente me preguntaría qué diantres hacía yo ahí, blablablah…).

Como no hay plazo que no se venza, esa segunda tarde me senté en el paradero mirando si venía el famoso metrobus. De pronto y sin saber porqué, dejé de mirar la locomoción y esperé. Fue entonces cuando vi a mi compañera de colegio cruzando también. La esperé, la saludé, y vino uno de los momentos en los que no quise ni pensar durante las vacaciones. Tragué saliva y le conté que nuevamente me había cambiado. Me miró con ojos de huevo frito y se empezó a reír. Me hizo el típico par de preguntas triviales, tomó aire, se rió de nuevo y dijo: “Noooo, ¡¡si me estai agarrando pa’l hueveo!! ¡¡NOOOO!! Jejeje… es que, perdona, pero estoy impactada… jejeje… ¡pero cómo, cuándo, porqué!”. Me invadió una vergüenza doble: vergüenza por contar la consabida historia, y vergüenza de la situación misma, del ridículo que me sentía haciendo. Es una vergüenza que muy probablemente no termine hasta que le haya contado a mi familia y a mis amigos "la verdad".

Finalmente mis temores se han ido concretando. Pronto mis ex compañeras de curso –siempre tan pendientes y regocijantes de la desgracia ajena-, sus padres, mi estimada madre, y finalmente mi familia se enterarán de las sabrosas nuevas. Muy probablemente vengan unos cuantos dramas varios, pero confío en que, tal como lo señaló el tarot en alguna ocasión (... o_O), este sea un proceso a ratos duro pero dignificante. De una vez por todas dignificante.




¡Comentarios a tiroalblanco@gmail.com ! ;)


 
posted by C. at 5:42 PM | Permalink | |


0 Comments: