Como dijo Hernan Francisco en su ultimo comentario, “uno se debe a su publico”. Por eso mismo, ha llegado la hora de que esta Hormiga ponga su humilde cuchitril virtual al dia, jeje.

Mas que nada mi desaparicion se debia a que los ultimos dias anduve corriendo como loca entre lineas aereas, reservaciones, maletas, aeropuerto, SAG, papeles caninos varios, ultimos examenes y visitas medicas, despedidas de amiguitos y familia, etc. Fue realmente de locos hasta media hora antes de partir de la casa.

Mi familia muy amablemente fue a dejarme al aeropuerto, ya que viaje con mis caninas regalonas y fundidas. Todos estaban muy emocionados, pero el mas acongojado era mi hermano Leo, que se iba a esconder detras de la pizarra de vuelos a ratos para echar sus lagrimeaditas mas comodamente.

El vuelo fue eterno. Diez horas eternisimas sentada en un espacio minusculo -maldito pasillo. Nunca mas… T_T- con las rodillas pegadas al respaldo del asiento siguiente. Mas encima pedi el plato mas vegetariano posible y me trajeron... ravioles de verduras con salsa de carne con crema o algo biscoso, jajaj. Era eso o “pestel di choclou… un platou sshilenou tipicou de la zona. Si no lo conocei, trae… ”. Grumpffff!!

Cuando aterrizamos en DFW nos fuimos a la tremenda cola de extranjeros. Por algun motivo muy extranno a mitad de la fila escucho: “Canadian! Hey you, canadian, this way!”, me tomaron de un ala y me metieron a la fila de US citizens. PLOOOOP!! Y eso que llevaba mi pasaporte que decia CHILITO bien claro. Le aclare al guardia que yo “nada que ver” pero me hicieron pasar igual y me demore 5 minutos en lo que alguna gente se demoro una hora. o_O Igual me dio mucha pena como trataron a los mexicanos. Los jodian extra por leseras y a un par los retaron ene y los sacaron de la fila porque no sabian rellenar una de las cartillas que nos entregaron. Que de alguna manera se las arreglaran o no podrian hacer la cola.

Baje al bag claim a buscar las maletas, y estaban mis caninas con cara de desolacion en sus cajitas. Habia un ayudante muy amable que me ayudo a transportarlas junto con mis otras cosas hasta la aduana. Me toco una policia rubia toda ruda –la fantasia de unos cuantos, supongo jajaja- que apenas me pidio los certificados de vacuna sin siquiera mirar las miles de leseras del veterinario, el SAG, etc. que habia sacado especialmente, grgrgr. Me reto porque no llevaba galletas de perro pero le rejure que mi marido tenia y estaba esperandome. Pase.

Espere al hormigo en una de las chorrocientas salidas. Cuando el muy bruto llego, me miro dos veces y paso de largo! No-me-re-co-no-cio!!! Ok, 30 kilos menos y corte de pelo absolutamente nuevo, pero estaban las perras y todo, o ssssea!! Lo fui a abrazar y me miro con cara de “que le pasa a esta loca”. Recien cuando lo hable reacciono, jajajaja.

La Clau y la María Paz me dejaron este MEME – Freak de tarea, que consiste en hablar de seis cosas freaks de tu vida cotidiana.

1.- El primer freakerío es altamente odiado por el Hormigo, cof cof. Si tengo que salir a alguna parte, media hora antes de irme tengo que “empezar a partir”. Esto, debido a que siempre me falta algo, léase llaves, cartera, billetera, plata, celular, o me dejó de gustar la polera que tenía puesta entonces regreso a cambiarla, o me llamó alguien y me quedé “pegada” parlando, o… o… mil etcéteras. Eso que ahora asumí y alcanzo a llegar a la hora. En alguna época llegaba atrasada a todos lados. o_O

2.- Soy una mezcolanza atroz entre cachurera y sentimental. Por eso tengo todo tipo de leseras guardadas del año de la pera, partiendo por mis Barbies con sus trajes originales y en sus cajas -son preciosas, snif-, toooodos mis diarios de vida –escritos a partir desde los 4 años, qué se creen, jajaj- cartitas enviadas por las amigas, apuntes de la U que “algún día me podrían servir” y eclécticos cachureos. Hasta tengo una nuez que me regaló un niño que me gustaba cuando iba en el colegio. o_o Faltan unas cartitas romanticonas de cierto Hormigo para mi colección, cof cof.

3.- Tengo una fascinación con Winnie The Pooh. De hecho con unas amigas de la U habíamos hecho la “agrupación no lucrativa Monitos Por Una Causa” –parodia de “Misses Por Una Causa”, por si a alguno le suena, jeje- y Winnie era el oso símbolo. En aquella época teníamos agendas, bolsos, peluches, cuadernos, lápices y todo lo que pilláramos del gordito amarillo. Es como la manía de las mayorcitas de 30 con la Hello Kitty.

4.- En alguna vida anterior fui niño. Lo tengo absolutamente asumido y lo disfruto a concho. Desde la “más tierna infancia” me encantaba jugar a la pelota con los vecinitos, tener la “bici cross” BMX que luego sería la “mountain bike” nosécuantito –tenía que ser de marca, para la perla-. Veía extasiada el Festival de los Robots, el superagente Cobra, He-Man, G.I. Joe, los Transformers, los Supercampeones, los Caballeros del Zodíaco y demases, y acompañé durante años a mi daddy –mi abuelo- al estadio. Tuvimos hasta asientos preferenciales y somos fans de Colocolito. Amo locamente manejar, y me encantan los vehículos grandes. También soy loca por todos los aparatos tecnológicos, desde celulares, computadores, reproductores de música y la guinda de la torta: mi amadísima y carreteadísima Playstation. La Lulú en el club de Tobby.

5.- Me “chiflan” los perros. Los amo, los adoro, me encantan toditos. Puedo ser el ser más asquiento del planeta, pero si me vomita/orina/etc. un cachorro, un perrito enfermo, etc. me limpio, lo limpio y sigo feliz de la vida. Me encanta enseñarles cosas, hablarles, peinarlos, compartir información con adiestradores y criadores, leer sobre adiestramiento, etología, razas, enfermedades, etc. A la Tita y a la Dana - mis goldencitas- les tejo chalecos cada invierno. Cuando mi Lilo se murió, lloré más de lo que he llorado en funerales de familiares y conocidos. Y no imagino mi vida sin un compañero peludo –El Hormigo no sirve, es pelado, hehehe-. Así mismito quiero a los caninos, bordeando la rayadura, jiji.

6.- Para finalizar los freakeríos, el último de ellos es de carácter pecuniario. ¡Aborrezco las monedas de a peso, de 5 y de 10! Esas monedas chicas que hacen pesada la billetera y quitan espacio se van derechito a mi alcancía -… de Winnie The Pooh… -, se hacen lulitos con scotch cuando ya hay unas cuantas, y se cambian por hermosas monedas grandes o billetes en la panadería de la esquina. ¡Tan-tán!

E-e-e-eso ha sido todo por hoy, colegas blogueros. Espero que hayan disfrutado este anecdotario. Como la tradición lo amerita, le dejo el “cachito” a la Alma, a Juan Carlos, a Aristóteles, a Pretoriano, a Luis Seguel V y a la Clau Arroyo, si no lo han hecho ya. Saludotes! ;)

Estoy en la playa en estos momentos. He ido varias veces a Santiago de forma tangencial pero he vuelto porque la toxicidad con mis familiares está increíblemente alta y no tengo ganas de pasar malos ratos. (Toda una novedad siendo yo, porque siempre he sido preocupona. Debe ser el cambio de folio jeje)