Estoy molesta. Anoche a las cuatro a.m. me llamó uno de los dueños de la hembra con que crucé a mi perro la otra vez. Todavía tiene algunos cachorros en su casa –como cuatro- y anoche la única hembra nacida en la camada lo había despertado de tanto llorar. Estaba toda cagada y no podía pararse entre otros síntomas.

El asunto olía a distemper. Le dije que la aislara de los otros perros y que llevara a la cachorra a la clínica de mi universidad. Por supuesto, y por ahorrarse putos pesos, ninguno de los cachorros está vacunado, y la madre está atrasada con sus vacunaciones también. Ahora seguramente gastaron mucha más plata de la que habrían necesitado si me hubieran hecho caso y unos perritos están sufriendo “por las puras”.

Más pica me da porque según tengo entendido que esa enfermedad – y si no es así que por favor alguien que sepa me corrija-, tiene algunos síntomas como inapetencia, blablah. O sea, cero observación.

Más encima después el tipo me vuelve a llamar. Había equivocado el número de teléfono, mientras trataba de ubicar a su señora, que andaba “de carrete”. A ver si podía regresar a la casa para llevar a la enfermita a la clínica…

Me quedé pensando en los perritos hoy pero no me animé a llamar a los tipos. Mal que mal, “dejó de ser mi asunto” cuando me llevé el cachorro que nos correspondía por la cruza, y no me atreví. Igual voy a mandar un mail a ver qué pasa.

Qué rabia, gente entera “profesional” y ni ahí con sus mascotas. Uno siempre piensa que este tipo de personas está más preparada para todo, léase tener hijos, criar animales sanos, etc. por “comprender más” las cosas, pero la realidad simplemente me ha cacheteado otra vez.