RATONEANDO - Main Blog
Thursday, October 06, 2005
Los favores de Alguien
Alguien, como muchos de nosotros, tenía una mascota que paseaba cerca de su hogar. Un buen día se encontró con un buen hombre que paseaba a su buena mascota en el mismo sector. Viendo que sus aficiones eran similares, trabaron amistad.

En cierta ocasión, el buen hombre, conversando con Alguien, le explicó que deseaba adquirir otra mascota, pues creía que la suya estaba muy solitaria. “¡Yo sé dónde podemos conseguirla!”, exclamó ella. Dicho y hecho, Alguien conversó con algunos conocidos, y le trajo una linda mascota al buen hombre. Él quedó muy contento con su nuevo animalito. “¡Ahora sólo necesito un vehículo para disfrutar de la playa junto a los pequeños!”

Alguien, al oír esto, recordó a una Tía suya, quien tenía planes para vender un auto de similares características a las que necesitaba el buen hombre. Sin prometerle nada, decidió ayudarlo, para lo cual viajó a la casa de su Madre donde de seguro encontraría a su Tía. Luego, a la hora de la cena, Alguien le contó del negocio que podría beneficiarla tanto como al buen hombre. A la Tía le agradó el acuerdo, y luego de coordinarse con su marido –ya que estaba separada, y el vehículo estaba a nombre de él- aceptó.

La Madre de Alguien, quien había escuchado la conversación, codiciosamente propuso elevar el monto pactado pues se dio cuenta de la necesidad del buen hombre, a quien consideró un hombre rico sin siquiera conocerlo. Alguien, por no polemizar, afirmó que lo intentaría pero aclaró que en el fondo valía la oferta original. La Tía, que estaba escuchando, confirmó todo esto.

Al día siguiente, Alguien telefoneó al buen hombre y le contó que quizás también podría encontrarle un automóvil para pasear. El buen hombre, muy contento, acordó reunirse con la Tía esa tarde. Llevó a su mecánico para que lo asesorara, y luego de toda una tarde de revisiones y de quedar conforme con la revisión, vendedora y comprador confirmaron el monto convenido.

El buen hombre estaba contento con su compra, y Alguien fue feliz pudiendo ayudar a ambas partes. Los documentos de la venta estarían listos al otro día, para que él pudiera estrenar su adquisición.

Alguien se acostó a estudiar. Al rato siguiente, llama la Madre, pidiendo que se anule la transacción. Ella se habría comunicado con el Tío y le habría contado que podía aprovecharse del buen hombre, negándose a firmar de inmediato para lograr más dinero. “El negocio era entre el buen hombre y la Tía, confirmado dos veces con ella. No sé por qué te has metido en todo esto, ni por qué se ha metido el Tío”, alegó Alguien a la Madre, cortando la llamada con rabia.

De la Tía nunca más se supo ni se tuvo explicación alguna.

Con pesar por el buen hombre que había perdido tiempo en su búsqueda urgente por el vehículo, Alguien le comunicó que debía deshacerse lo conversado y los motivos que había para ello. “No te preocupes”, le respondió. “Aunque te había dicho que todo iba no lo habría comprado, pues con mi mecánico continuamos viendo otros autos ya que en realidad no le gustó el de la Tía”. Al día siguiente, se supo que el hombre –ya no tan bueno- había comprado un automóvil más viejo y por más dinero –incluso más dinero del que querían el codicioso Tío y la entrometida Madre- a un amigo del mecánico, quien a su vez recibía parte del dinero de la compra por “asesorar”.

Alguien se frustró. Sabe que no volverá a saber pronto de la Tía, quien, al no tener carácter, esperará que las cosas se arreglen por medio de la Madre o “con el tiempo”. La Madre a su vez, seguramente llamará haciéndose la simpática en un par de semanas, invitando a Alguien a almorzar uno de estos domingos. ¿El buen hombre? Todavía no sabe del auto por el que ya pagó.

No era en absoluto la primera vez que a Alguien le ocurrían este tipo de chascarros. Ella se prometió a sí misma, cansada, no volver a brindar ayuda. Creía que si sólo se dedicaba a conversar tonteras triviales y a pasear a su mascota por el parque, se ahorraría unas cuantas rabias.



Más historias de Alguien –y vaya sí las hay- en un próximo capítulo.

 
posted by C. at 5:49 PM | Permalink | |


0 Comments: