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Saturday, October 22, 2005
Montón de Snobs
Hace un tiempo atrás crucé a mi guapo semental –cof cof- con la perrita de unos conocidos. Tuvieron hermosos perritos, que por supuesto serían vendidos a un precio justo.

El que me correspondía le interesó a un amigo, que me prometió “el oro y el moro” por él, pero al momento de los “qui-hubo” quería llevarse al cachorro pagándolo a mil años en cómodas cuotas de “meloscagodeapoco”. Así que diplomáticamente lo mandé a la xuxa, y puse al perrito en venta en un par de páginas en Internet.

Me llamó una persona a la hora que me pareció bien, y se lo llevó.

Pero a pesar de que he pedido que borren el aviso porque ya no corre, sigue en línea y me ha llamado un montón de gente más. Incluso algunos dijeron querer esperar los cachorros de la próxima camada, ya pasado el verano (…si-es-que-no-son-para-después, glup!). Todo bien hasta acá.

Lo que me saca de mis casillas es la cantidad de personillas snob que me han contactado, exigiendo que el perrito fuera inscrito, y casi amenazando prepotentemente con no comprarlo si no era así, jurando que lo único que me interesa es tener los morlacos en la mano.

Esa necesidad de tener una mascota “inscrita”, “tatuada”, con “pedigree”, “hija de champions”, para que le dé status al dueño en este boom de mascotas, me irrita sobremanera. Sobre todo al percatarme, después de un par de preguntas básicas a cada sujeto que llamaba, que muchos jamás habían tenido perros, que muy pocos se daban cuenta de los gastos posteriores ¡a la compra misma!, y que de cuidados no tenían idea ni querían aprender. Sólo querían al perro de “la granja” –Uno de los realities picantes del canal del angelito- o al perro de la propaganda de alimentos, bien barato pero pituco para mostrarlo a los amigos, y que por supuesto les llenara los bolsillos con las futuras cruzas.

Daría mi mano derecha apostando que ninguna de esta gente iba a competir con los perros, exponerlos, ni a dedicarse a tener un criadero en regla. Mucho menos para usarlos en aquellas tareas para las que la raza misma fue creada. ¿Para qué tanta parafernalia entonces?

Así como va la cosa, me sería mucho más fácil coimear a algún encargado del dichoso Kennel –que a veces me huele más a mafia que a certificación verdadera-, como muchos hacen habitualmente y cobrar carísimo por cada perrito a estos huevones que llaman como malos de la cabeza. De paso me llenaría facilito los bolsillos con los linajes de fantasía de los cachorros. Lo único que me detiene es que de verdad quiero mejorar la raza con cruzas sólidas que den buenos ejemplares, y una ética –aún no veterinaria, pero por lo menos ética personal-.

El que no entienda que un perro es un compañero inigualablemente leal, del que debemos preocuparnos como nos preocuparíamos de un niño, aunque sea “quiltro” o “tatuado”, que no me llame. Botaría su tiempo y la plata de la llamada.

 
posted by C. at 5:49 PM | Permalink | |


1 Comments:


At 8:15 PM, Blogger Un Amigo Mio

Toda la verdad... no importa la marca, si no la calidad, y en eso, los perros tienen mucha